Racionalidad Limitada

Bueno, a ver… hoy voy a contar un poco sobre mi persona. Soy una pendeja de mierda mantenida de unos 19 años muy bien llevados. Soy hija única, egoísta como ninguna, terriblemente egocéntrica e individualista, pero de ninguna manera me consideraría inmadura o soberbia. ¿La típica consentida? Lo dudo. Siempre tuve todo lo que quise pero por suerte mis viejos me enseñaron que todo tiene un precio, que nada es gratis y que todo se consigue con esfuerzo. En casa nunca me ocultaron nada, desde muy chica sabía todo lo relacionado con las finanzas caseras. Mi viejo es un tipo muy estructurado, como todo ingeniero tiene que tener todo fríamente calculado y lo más importante bajo control. Es un planificador innato. Por esta razón, yo debía conocer todo. Pero junto con este conocimiento, me llegó también una responsabilidad muy grande. Mi vieja, por el contrario, es el caso inversamente opuesto. Ella es un tiro al aire, sin pelos en la lengua, una capricorniana al cuadrado, una habladora compulsiva, es el blanco de los chistes y de alguna manera retorcida siempre termina riéndose de nosotros. Le importa literalmente “tres carajos” todo. Tiene un sexto sentido en lo referido a mí, inexplicable. Mi viejo vive el futuro, mientras que mi vieja vive el hoy; el equilibrio lo encuentran en algún punto en el medio supongo. Gracias a Dios, los permisos en casa siempre los manejó mi vieja. En cierta medida, esto era un amparo para mi viejo, ya que evitaba hacerse responsable por lo que pudiera ocurrirme. En resumen, siempre tuve mucha libertad, y pude caerme y volverme a levantar por mis propios medios, cometer mis propios errores y aprender de ellos. Desde pendeja, estaba obsesionada con irme a estudiar la carrera a otra ciudad (igual a veces me pregunto si realmente surgió de mí, o inconscientemente busqué imitar el camino de mis viejos y me autoconvencí de desearlo). De todas maneras, hoy soy feliz con mi elección y no la cambiaría por nada. Como dije, siempre tuve esa libertad para tomar decisiones, que mis viejos se encargaron estratégicamente de limitar con el correspondiente traspaso de responsabilidad que esto implica. Llegado el momento, me dieron a optar entre quedarme en casa o irme a vivir sola, ya que la carrera está en los dos lugares. Como se imaginarán, opté por la segunda opción, ya que personalmente se hacía imposible de rechazar, aunque esto implicara dejar atrás mi vida hasta donde la conocía, para comenzar de cero en una ciudad totalmente distinta con sólo 17 años.

A veces (por no decir la mayoría de las veces que conozco gente) me preguntan: ¿qué haces estudiando acá? y no comprenden porqué decidí venirme. Es muy difícil explicar todo lo anterior, por lo que entonces me limito a contestar “por el prestigio de la Universidad”. Lo peor de todo es que muchas veces esta contestación tampoco es válida para la limitada racionalidad de los seres en cuestión, esto se debe a que viven en una especie de burbuja al estilo Gran Hermano desde que nacieron. Finalmente cuando recibo señales de inactividad de su cerebro, remato con la frase “porque quería vivir sola” y ahí recién recibo una leve afirmación de cabeza y una risa cómplice.

La intención de este post era materializar la explicación que me gustaría dar a veces, pero que por las razones anteriores, se hace imposible. Debo confesar que inicialmente iba a escribir sobre las cosas que me irritan cuando mis viejos vienen de visita. No se dan una idea de lo tremendamente jodida que soy y cómo me convierto en una sacada del orto de un segundo a otro, característica exclusiva de toda geminiana y sus personalidades múltiples. Me revienta hasta que los adornos estén 30º corridos de lugar. Yo creo que por eso no tuvieron otro, conmigo bastó; es como tener un 2X1. La cuestión es que esta semana fue el record de convivencia con mi viejo: cinco fucking days!!! Bueno técnicamente todavía no, se va mañana. Viene esporádicamente porque tiene reuniones en Capital y se queda en casa. Estoy intentando no ser tan hija de puta pero se complica. Todo lo que necesito es una inhalación y exhalación profunda, un baño de inmersión, un sahumerio, un poco de James Morrison o Sabina, una tableta de ansiolíticos y todo será “Amor y Paz”...

Sobreviviré?